La literatura vasca escribe el mundo. Lo escribe en euskera y lo escribe también en castellano, francés e inglés. Es una literatura viva que no conoce fronteras.
Literatura
Cada vez son más las obras originales en euskera que se traducen a otros idiomas y, gracias al talento de nuestras traductoras y traductores, aumenta sin cesar el número de obras universales en lengua vasca. Nuestra literatura es versátil, acoge y recoge todos los géneros y se adapta a otros lenguajes como el cinematográfico. Sus temas son infinitos, tanto como el mundo que escriben.
La literatura actual, sin embargo, es imposible sin aquella que la precedió. Los escritores y escritoras vascas que escriben hoy se han nutrido de quienes escribieron ayer. Antes de la guerra civil española, Lizardi y Lauaxeta fueron los grandes modernizadores de la poesía en euskera. La guerra y la posguerra instauraron un tiempo de silencio. A partir de 1950 la literatura vasca saltó del costumbrismo al existencialismo gracias a autores como Txillardegi y Mirande. El poeta Gabriel Aresti y el escultor Jorge Oteiza destacaron por su afán modernizador en el campo de la cultura vasca. En la década de 1970, la creación del euskera estándar o euskera batua coincidió con el nacimiento de editoriales vascas. Gracias a ellas se duplicó la publicación de novelas en euskera; la novela social, el realismo mágico o los modelos experimentales ocuparon el espacio de la narrativa vasca de la mano de autores como Anjel Lertxundi, Joan Mari Irigoien, Ramon Saizarbitoria, Bernardo Atxaga o Koldo Izagirre. Asimismo, con Arantxa Urretabizkaia, llegaron a las letras vascas los primeros ecos de las teorías feministas en la novela. En poesía, la obra Harri eta Herri (1964) de Aresti y Etiopía de Atxaga (1978) fueron dos de los hitos fundamentales.
El sistema literario vasco comenzó a consolidarse con el fin de la dictadura. Pott Banda escribió otra página en la modernización de la literatura vasca. Formaron parte de ella Bernardo Atxaga, Jon Juaristi, Ruper Ordorika y Joseba Sarrionandia, entre otros. La banda destacó por su irreverencia, sin embargo, rompieron con cánones anteriores sin dejar de lado la tradición. Sarrionandia es hoy día uno de los poetas y narradores más relevantes de la literatura en euskera. Desde entonces, a esas voces se han unido las de escritoras y escritores cada vez más difíciles de clasificar; voces abundantes y ricas. Destacan entre las escritoras Miren Agur Meabe, Itxaro Borda, Eider Rodriguez y Katixa Agirre; entre ellos, Harkaitz Cano, Kirmen Uribe y Unai Elorriaga. En poesía Castillo Suarez, Jon Gerediaga e Iñigo Astiz. La literatura infantil y juvenil vasca también escribe el mundo, Juan Kruz Igerabide, Patxi Zubizarreta y Leire Bilbao son solo algunos de los nombres que pueblan ese territorio junto a un creciente número de ilustradoras vascas que están dibujando el mundo.
Entre los escritores de origen vasco que han escrito en castellano Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Luis Martín Santos dejaron una huella imborrable. Robert Laxalt destaca entre los que escribieron en inglés. La obra de Dolores Redondo, Fernando Aramburu y Aixa de la Cruz tiene un eco notable; en poesía, la de Karmelo C. Iribarren. En francés, Marie Darreussecq está entre las imprescindibles.