Elizabeth Macklin: cuando medio siglo cabe en un suspiro
Muchas veces las cosas suceden por pura serendipia. Como por ejemplo, nacer en Poughkeepsie o trabajar en la redacción de The New Yorker en los tiempos en los que aún se leían revistas de papel. Bueno, o como ir a Madrid a aprender castellano y enamorarse del euskera. Eso mismo es lo que le ocurrió a Elizabeth Macklin.