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Saint Pierre y Miquelón: el porqué de una bandera vasca en un archipiélago del Atlántico Norte

Escrito por Ander Goyoaga 01 Mar 2024
Saint Pierre y Miquelón: el porqué de una bandera vasca en un archipiélago del Atlántico Norte
La bandera de San Pierre y Miquelón, que refleja la histórica presencia en la isla de vascos, bretones y normandos. Foto Archipel

Este territorio de ultramar francés, situado al sur de Terranova, honra en su enseña a vascos, bretones y normandos, cuya llegada se remonta al menos al siglo XVI. Este diminuto archipiélago fue clave en el desarrollo de las pesquerías de bacalao y, ya en el siglo XX, en el contrabando de alcohol.

A más 2.500 millas de la costa vasca, 25 kilómetros al sur de Terranova, existe un diminuto archipiélago que una vez al año celebra sus ‘fiestas vascas’, cuenta con varios frontones y muestra una ikurriña en su colorista bandera. Estos detalles anecdóticos, con un punto folclórico, tienen que ver, no obstante, con una presencia vasca en las islas de Saint Pierre y Miquelón que va más allá de la anécdota y que, como otros episodios relacionados con la cultura marítima de la costa vasca, ha suscitado especial interés en los últimos años. Aunque situado junto a las costas canadienses, Saint Pierre y Miquelón (también Saint-Pierre-et-Miquelon o San Pedro y Miquelón) es un territorio de ultramar perteneciente a la República de Francia y cuenta con el estatus de colectividad territorial. Tiene una población de unos 6.000 habitantes y una extensión de tan solo 240 kilómetros cuadrados divididos entre las islas de Saint Pierre, Miquelon y Langlade, así como algunos pequeños islotes deshabitados.

Fotograma de  la obra de  Mikel Otxoteko ´Aquí hay dragones´. Foto: EITB Kultura.
Fotograma de la obra de Mikel Otxoteko ´Aquí hay dragones´. Foto: EITB Kultura.

Ubicación estratégica: Escenario de enfrentamientos bélicos entre Francia e Inglaterra, Al Capone la visitó para supervisar su red de contrabando

Su peculiar bandera, una creación moderna y que también se ha utilizado como escudo, ha tenido una proyección considerable en el País Vasco en los últimos años por una curiosidad de lo más banal: se trata de una de las 270 banderas que aparece en los emojis de WhatsApp o Twitter.

Anécdotas como esta, no obstante, están sirviendo a nivel local para llamar la atención sobre las huellas que ha dejado el pasado marítimo del territorio, un relato que contrasta, en opinión de Xabier Alberdi, historiador y director del Museo Marítimo Vasco de San Sebastián, con la “interpretación del pasado que habla de un País Vasco cerrado y encerrado en sí mismo, en las montañas y los caseríos”. “Esa visión no tiene nada que ver con la realidad”, indica.

Cartier y la llegada de los pescadores

Lo cierto es que esa colorista enseña de Saint Pierre y Miquelón, que se exhibe en edificios públicos, pero no tiene carácter plenamente oficial, dice mucho de la historia del archipiélago.

De un lado, muestra un navío dorado que representa la nave Grande Hermine en la que llegó Jacques Cartier a la isla de Saint Pierre el 15 de junio de 1535. De otro, las banderas vasca, bretona y normanda reflejan el origen de la mayor parte de los habitantes de la isla, si bien hay que destacar que las islas estaban habitadas ya desde la prehistoria y se han encontrado vestigios de la cultura esquimal.

En el caso vasco, la presencia de pescadores en la isla se remonta al menos a comienzos del siglo XVI, según explica Xabier Alberdi: “Es un espacio muy tempranamente incluido dentro de las pesquerías que se desarrollan en esta parte del Atlántico. Las primeras menciones documentales son de principios del XVI. En ocasiones no se recogen los puertos concretos a los que acudían y se habla de manera general de Terranova, una referencia que va más allá de la propia isla y que, de hecho, incluye Saint Pierre y Miquelón u otros espacios continentales como la península de Labrador y el Golfo de San Lorenzo”.

Le Miquelon - Govino - Médiathèque de l´architecture et du patrimoine.
Miquelón. Foto: Frédéric Gadmer (CC)
Miquelón (1926). Argazkia: Frédéric Gadmer (CC)
Miquelón (1926). Argazkia: Frédéric Gadmer (CC)
Un rincón de Saint- Pierre (1921). Foto: Wikimedia Commons
Un rincón de Saint- Pierre (1921). Foto: Wikimedia Commons

Alberdi considera “factible” que los pescadores vascos llegasen antes incluso del siglo XVI, si bien señala que la evidencia documental no permite de momento adelantar esa fecha. “Quizá sepamos más al respecto en el futuro. Todavía no se han revisado todos los fondos documentales que pueden arrojar luz, y seguro que la arqueología dará frutos, como de hecho está ocurriendo en Canadá. Lo que sí sabemos, por evidencia arqueológica, es que existió una presencia vikinga en el norte de Terranova y conocemos también la existencia de expediciones de pobladores llegados desde Groenlandia”, explica.

450 años de relación

Más allá de aquellas primeras incursiones en el archipiélago, lo más sorprendente es que esta presencia vasca en las islas se prolongó en el tiempo durante más de 450 años, en los que estos pescadores convivieron con numerosas disputas bélicas entre Francia e Inglaterra por el control del territorio.

“Las primeras incursiones de pescadores vascos, y también procedentes de otros territorios, son estacionales; no se establecen asentamientos estables de europeos. Los pescadores aparecen a finales de primavera, desarrollan su actividad y regresan antes del verano. Desde inicios del siglo XVII, sin embargo, se desarrolla la estructura imperial de la Nouvelle France y empiezan a aparecer colonias estables. Se crean asentamientos fijos y entre esos primeros colonos hay pescadores vascofranceses, procedentes de San Juan de Luz o de Ziburu, aunque también guipuzcoanos que participan en las expediciones. Se establecen allí, se dedican a la pesca y venden ese pescado a los barcos llegados desde Europa. Esto hace que la vinculación sea paulatinamente mayor”, señala Alberdi.

Celebración de las fiestas vascas en el frontón ´Zazpiak bat´ de Saint Pierre. Foto: Marie Cuvelier (CC)
Celebración de las fiestas vascas en el frontón ´Zazpiak bat´ de Saint Pierre. Foto: Marie Cuvelier (CC)

La presencia vasca en estas islas -y en toda la zona de Terranova- no se va a interrumpir hasta principios de los años 80 del siglo pasado, cuando entró en declive la pesca de bacalao en este territorio. De hecho, en las primeras décadas del siglo XX toman fuerza las expediciones de bacaladeros vizcaínos y guipuzcoanos. 

“No estamos hablando de una relación puntual, sino de un contacto centenario y que se prolonga durante siglos. ¿La razón? La inmensa riqueza pesquera de la zona. El bacalao que los europeos pescaban en toda esta zona alimentó a parte importante del continente y su impacto económico fue inmenso”, añade.

Al contrario que en otras zonas del Atlántico, la presencia vasca en Saint Pierre y Miquelón estuvo ligada, por tanto, a la pesca del bacalao y no a la de cetáceos. “Eso no quiere decir que no pescasen ballenas si tenían la posibilidad. Sin embargo, Saint-Pierre y Miquelon no va a ser una estación ballenera como sí lo serían otros emplazamientos en la costa canadiense o de Islandia”, indica Alberdi.

La ´suite´ de Al Capone

De esa presencia de siglos se derivan esas huellas que aún hoy evocan la presencia vasca en las islas. La Rue des Basques de Saint Pierre es uno de esos muchos elementos que recuerdan esa estrecha vinculación transoceánicas. Está situada junto a la zona portuaria y termina a pocos metros del Hotel Robert, donde Al Capone se hospedó en una suite en los años 20, durante la Ley Seca.

El archipiélago vivió una edad de oro como consecuencia de la prohibición del alcohol en territorio estadounidense. En un momento de declive tras la I Guerra Mundial, en la que combatieron muchos pescadores de las islas, el tráfico de alcohol se convirtió en el motor económico.

Isla de los Marineros (San Pedro y Miquelón) . Foto: Sebastien Mirouze Paulirou (CC)
Isla de los Marineros (San Pedro y Miquelón) . Foto: Sebastien Mirouze Paulirou (CC)

A los puertos de Saint Pierre y Miquelón llegaban extraordinarios cargamentos de ron, whisky y champán desde el otro lado del Atlántico. Una vez allí, se trasladaban a embarcaciones de pesca, más pequeñas, y se transportaban hasta la costa estadounidense.

La marca de champán Piper-Heidsieck recordó hace unos años el periodo de la Ley Seca con una edición limitada, la Prohibition Edition, que reproducía una foto en blanco y negro del puerto de Saint Pierre, una muestra de la importancia capital que tuvo en el contrabando de alcohol. De ahí que Al Capone recalase en el Hotel Robert para comprobar en primera persona el funcionamiento de su inmensa red de contrabando.

Las islas hoy

En los últimos años la pesca ha experimentado un claro declive, debido principalmente a la sobreexplotación que se vivió hasta los años 80 y que ahora obliga a establecer rigurosas vedas pesqueras. Como consecuencia, el archipiélago ha perdido población en la última década, aunque también se ha experimentado un cierto auge de un turismo de naturaleza en el que se exprimen los diversos avatares históricos que ha vivido este particular enclave.

 

Saint- Pierre y Miquelón. Argazkia: Saint- Pierre et Miquelon Tourisme
Saint- Pierre y Miquelón. Foto: Saint- Pierre et Miquelon Tourisme

En ese relato que trata de atrapar al visitante no faltan las referencias a sus pobladores vascos, bretones y normandos, la promoción de las fiestas vascas que se celebran en agosto o su importancia estratégica para la Nouvelle France, la Inglaterra colonial o, más recientemente, el contrabando de alcohol en el siglo XX.

Ander Goyoaga es periodista. Actualmente es corresponsal en el País Vasco del periódico La Vanguardia.

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