Cuando una obra va más allá del reconocimiento a su autor, es entonces cuando la sociedad la hace suya. La obra deja de pertenecer al autor y pasa a ser del receptor. Surge la conexión entre la obra y el receptor, porque toca algo en su interior y, por tanto, algo cambia para siempre. Se activan las emociones y se pone en marcha el mecanismo de identificación. Esas obras nos hacen sentir parte del colectivo, como en un ritual, y se convierten en himnos valiosos de la vida, en lugares seguros de la memoria. Hay muchas obras así en la cultura vasca.
Lo que nace con ‘Miñan’
18 Abr 2025
Camino de convertirse en una de ellas está ‘Miñan’ (2019, Susa), el trabajo de Amets Arzallus (Hendaia, 1983) e Ibrahima Balde (Konakry, 1994). La palabra miñan significa ‘hermanito’ y el libro que la lleva por título es la crónica del viaje migratorio de Balde, contada por él mismo a Arzallus en varias conversaciones y escrita en euskera por este último. El texto, que recibió el Premio Euskadi de Plata en 2020, también ha hecho su propio camino: el escritor Timberlake Wertenbakler lo tradujo al inglés bajo el título ‘Little brother. An odyssay to Europe’; Ander Izagirre se encargó de la traducción al español, con el título ‘Hermanito’ (2021, Txalaparta), y también se ha publicado en otras lenguas como el alemán, el catalán, el gallego o el italiano. Balde y Arzallus tejieron juntos una narración que tiene una capacidad innegable para conectar con el lector y así lo han expresado numerosas figuras de renombre de todo el mundo al hablar del libro, como es el caso del periodista Jordi Évole, la artista Alba Flores, la escritora Andrea Abreu o el papa Francisco I.

La repercusión de ‘Miñan’ es incomparable. Según los datos, es el libro en euskera más leído hasta el momento, y como ya hemos comentado, la sociedad lo está haciendo suyo. Wertenbakler, el escritor que tradujo el texto al inglés, adaptó la obra de Balde y Arzallus en el año 2024, para convertir ‘Miñan’ en obra de teatro. Bajo la triple dirección de Ander Lipus, Manex Fuch y Philippe Doucou, la compañía Artedrama ha puesto en escena dicha adaptación. Como acostumbra Artedrama, hicieron el preestreno en Luhuso y después, el 25 de octubre de 2024, estrenaron la obra en el Teatro Arriaga de Bilbao. Ofrecieron una función tanto el viernes como el sábado, y llenaron el Arriaga ambos días. Desde entonces, el cuarteto compuesto por Ander Lipus, Sambou Diavy, Eihara Fernandez de Larrea y Mikel Kaye ha llenado numerosas salas.
Una relación, un movimiento
Ibrahima Balde y Amets Arzallus tejieron el texto con palabras sencillas y mucha poética. Las lenguas reflejan la forma de ver el mundo de quienes las hablan, por lo que tuvieron que buscar puntos de encuentro para el entendimiento mutuo. Se conocieron en Irungo Harrera Sarea, red que se dedica a brindar asistencia a migrantes y refugiados que transitan por la región, y poco a poco fueron creando y estrechando lo que en euskera llamaríamos una relación y lo que para Balde también es movimiento. Y es que, las relaciones nacen y se construyen a base de contacto. En su primera conversación le explicó Balde a Arzallus que su deseo no era europeizarse. Balde quería ser conductor de camión y estaba preparándose para ello.
Las lenguas reflejan la forma de ver el mundo de quienes las hablan, por lo que tuvieron que buscar puntos de encuentro para el entendimiento mutuo.
Sabía que pronto empezaría a trabajar en Guinea, pero la decisión de su hermano menor cambió su deseo; el pequeño se marchó y cambió el destino de Balde. Aquello desmontó las suposiciones de Arzallus, quien quedó atrapado por el relato, pues enseguida conectó con la forma de expresarse de Balde. Arzallus, proveniente de la cultura oral, identificó en Balde una elocuencia especial con vestigios de esa cultura y le gustó la forma propia en que construía su relato. La lógica para ordenar las palabras y la belleza de la poética generaron en Arzallus el deseo de hacer algo. El libro ‘Miñan’ nació de ese momento de atracción.
Las lenguas son formas de ver el mundo
Balde y Arzallus se comunican en francés y lo hacen porque su base lingüística, es decir, la herramienta que utilizan para construir el mundo en palabras, es diferente en ambos casos. Balde es de la etnia fula y su lengua materna es el pular; además, también se arregla en malinké y en susu, así como en francés, aprendido en la escuela. Arzallus comparte la construcción del euskera.
El proceso de escritura fue un viaje compartido. Comenzaron a compartir vivencias para redactar un dossier para solicitar el asilo político de Ibrahima Balde, sin saber que de aquel ejercicio nacería el libro ‘Miñan’. Las vivencias de Ibrahima Balde y su capacidad y manera de compartirlas removieron algo en Arzallus, por lo que se sumergió en un proceso interior; aquello influyó en su propia vida. Arzallus tuvo claro desde el principio que él debía ser la herramienta con la que materializar lo que había surgido de aquella chispa, es decir, que el relato lo debía construir Balde y que él solo sería el medio para materializarlo, sin adquirir más protagonismo. Su mayor quebradero de cabeza fue encontrar un euskera hecho a la medida del relato de Balde, dado que tenía claro que debía reflejar su rica oralidad en palabras construidas en papel.

El viaje de un viaje
Ibrahima Balde viajó por un total de siete países desde que partió de Guinea hasta que llegó a Marruecos, pasando por Mali, Tuareg, Argelia, Libia y Argelia. Juntos revivieron las vivencias, las emociones, las impotencias y los pensamientos de aquel viaje.
“Yo no querría hablarte más de estas cosas, porque cuando hablo empiezo a ver, delante de mis ojos, todo lo que te estoy explicando. Tú ahora estás aquí, escuchando, pero yo estoy otra vez allí, dentro de mi carne, y cuando te lo cuento empiezo a vivirlo de nuevo. Por eso, no querría hablarte de estas cosas. Pero tú me has preguntado y yo te he respondido. Y cuando te lo he contado, lo he sentido todo otra vez.”
(‘Hermanito: Miñan’, Amets Arzallus e Ibrahima Balde. Traducción de Ander Izagirre. 2021, Blackie Books)
Balde le explicó su viaje a Arzallus en varias conversaciones, respondiendo a las preguntas que este le hacía. Durante el proceso, el dolor generó preocupación y tuvieron la tentación de abandonar aquello que estaban creando juntos. Arzallus tenía dudas de vez en cuando; no sabía si lo que estaban haciendo hacía sufrir a Balde o lo estaba ayudando. El guineano compartió pasajes especialmente duros con los que sentía un nudo en la garganta y en cuyo relato no podía evitar intercalar llantos y silencios. En aquellos momentos, Arzallus ponía en duda si ese dolor merecía la pena. Sin embargo, Balde sacaba fuerzas para seguir adelante y, además de ahuyentar las dudas, era capaz de mantener la motivación.
También hubo miedo con la adaptación teatral. ¿Cómo podían reflejarse en el escenario la historia y la herida recogidas en el libro? La compañía de teatro trabajó duro para contar mediante sus voces y sus cuerpos de la manera más fiel posible la historia que Ibrahima Balde había vivido en su propio cuerpo y contado con su propia voz. Trabajando colectivamente y codo con codo, cada componente del grupo cuido los detalles al máximo.
La obra de teatro dura hora y media e incluye los pasajes más significativos que se cuentan en el libro. ‘Miñan’ es la tercera obra sobre migración que representa la compañía Artedrama y lo hace empleando la sensibilidad que requieren este tipo de obras, puesto que lo que se cuenta es una historia real, no ficticia. Llevaron a cabo varias estancias conjuntas. Además de la representación para salas y teatros, también ofrecen funciones dirigidas expresamente a centros educativos, como ejercicio de sensibilización en temas sociales.

Nadie queda impasible tras leer ‘Miñan’ o después de ver la obra sobre el escenario. Es más, los propios actores experimentaron las dudas y las sacudidas descritas por Amets Arzallus. El actor Sambou Diaby (Pamplona, 1999) interpreta a Balde. Tuvieron la ocasión de reunirse, en Madrid. Diaby agradeció la visita para preparar su papel, y la ayuda de Amets Arzallus también ha sido fundamental para conocer mejor los matices del personaje. Además, poco antes del estreno de ‘Miñan’ Diaby recibió una gran alegría, puesto que la Unión de Actores Vascos le otorgó el premio Abrazo al mejor actor revelación por su trabajo en la teleserie ‘Itsaso’.
La crónica ‘Miñan’ está atravesada por la nostalgia, la curiosidad, la angustia, la añoranza y, sobre todo, las ganas de vivir. Es la crónica de un viaje vital que, a través de la palabra y de la poética que esta puede construir, ha aprovechado el carácter caleidoscópico de la creatividad para abordar todas esas sensaciones que nos hacen inevitablemente humanos.